Delimitada al norte por las estribaciones meridionales del Sistema Central y los Montes de Toledo, al sur por Sierra Morena y rozando Portugal al oeste, Extremadura se conforma como el puente geográfico entre las mesetas castellanas y el sur de la península Ibérica. Unas características convierten a Extremadura en una región excepcional, llena de secretos naturales y de hallazgos históricos que merece la pena descubrir en sus variados paisajes.
PUENTE ROMANO DE ALCÁNTARA
El Puente Romano de Alcántara es uno de los símbolos de la ciudad del mismo nombre. Levantado en el siglo II d.C., entre los años 104 y 106 y magníficamente conservado gracias a las reconstrucciones, facilitó enormente en el pasado la comunicación con el vecino Portugal. Una inscripción en el centro del puente – IMP(erator)·CAESARE · DIVI. NERVAE· AVG(usto)· PONT(ifici)· MAX(imo)· TRIB(unicia)·POTEST(ate)– indica que fue construido en honor al emperador romano Trajano, nacido en Hispania. Cayo Julio Lacer, su constructor, en un exceso de vanidad dejó escrito: “PONTEM PERPETUI MANSVRVM IN SECULA MVNDI”: “Puente que durará mientras dure el mundo”.
PLAZA ALTA, BADAJOZ
Atravesada por el río Guadiana, Badajoz fue fundada por Ibn Marwan en el año 875 sobre un asentamiento visigodo cuando los musulmanes dominaban la península Ibérica. Uno de los iconos de la ciudad es su plaza Alta, donde se celebraban los mercados en la Edad Media. Su parte norte, de estilo medieval, contrasta con la parte sur, objeto de una reforma inacabada y que al ser cerrada, imprimió un estilo similar al de la plaza mayor de otras ciudades de España como Madrid o Salamanca. Otras de las joyas de Badajoz son las Casas Mudéjares, las Casas Coloradas o la Alcazaba.
PARQUE NATURAL DE CORNALVO
A tan solo diez kilómetros de Mérida puedes visitar el Parque Natural de Cornalvo. El nombre de este parque se debe a la forma de cuerno de su embalse y las blancas aguas del río Albarregas, por el que los romanos decidieron bautizarlo como Cornus Albus (cuerno blanco). Tal vez por su peculiar forma, decidieron construir una presa sobre el río Albarregas para abastecer de agua la ciudad romana de Emérita Augusta que en 1912 fue declarada Monumento Nacional por su importancia y por su excelente estado de conservación y, pese a su antigüedad, sigue siendo utilizada hoy en día para su propósito original.
PLASENCIA, LA PERLA DEL VALLE
Ya antes de que Plasencia se fundara en 1186, romanos y árabes habitaron estas tierras por su importancia estratégica. Rodeada por su muralla desde el año en que se fundara la ciudad por Alfonso VIII de Castilla, el casco antiguo de Plasencia está declarado Bien de Interés Cultural y atesora tanto construcciones religiosas como de carácter civil como son sus palacios o su acueducto, a lo que hay que añadir los parajes naturales que ofrecen la ribera del río o la Sierra de Santa Bárbara.
CÁCERES, LA VILLA DE LOS MIL Y UN ESCUDOS
Cáceres conserva un amplísimo y bien conservado conjunto monumental que te dejará impresionado. Su casco histórico le ha merecido varios premios por la monumentalidad de su patrimonio, de hecho fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1986. Entre sus murallas árabes, conserva el segundo mayor aljibe del mundo, un barrio judío, los restos de los primeros asentamientos romanos y un conjunto arquitectónico medieval y renacentista único en el mundo y perfectamente conservado.
CLAUSTRO MUDEJAR DEL REAL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Situada en la hermosa Sierra de las Villuercas, Guadalupe se mantiene como un destino religioso. En esta localidad se encuentra el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe.
Declarado Patrimonio de la Humanidad. Construido en 1340 por Alfonso XI de Castilla, ha sido testigo de momentos decisivos como la audiencia en la que los Reyes Católicos ofrecieron las carabelas a Colón. Entre los museos del monasterio, cabe citar el Museo de Pintura y Escultura, situado en la antigua repostería del mismo, y que cuenta con obras de Juan de Flandes, Zurbarán, Goya, Juan Correa de Vivar, Nicolás Francés, Egas Cueman, Pedro de Mena y El Greco entre otros.
PARQUE NACIONAL DE MONFRAGÜE
Situado en el triángulo imaginario que forman las ciudades de Plasencia, Trujillo y Navalmoral de la Mata y con el río Tajo como eje vertebrador, encontrarás el Parque Nacional de Monfragüe, un espacio natural único, que forma parte de un territorio declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2003. Debe su nombre a los romanos que lo llamaron Mons Fragorum por ser una zona fragosa, llena de maleza y de difícil acceso. Monfragüe posee la más extensa y mejor conservada mancha de monte mediterráneo a nivel mundial; un paisaje típicamente ibérico que hace posible la existencia una gran variedad de fauna y flora. En él se puede disfrutar del vuelo de las cigüeñas negras, alimoches, buitres y águilas imperiales. Pero las aves son sólo una parte de las más de 208 especies de vertebrados que viven en este santuario natural; ciervos, jinetas, tejones, linces, gatos monteses o nutrias,son solo algunas de las especies que pueblan esta área de la Alta Extremadura.
TRUJILLO, TIERRA DE DESCUBRIDORES
Levantada sobre un batolito de piedra, Trujillo ya era conocida con el nombre de Turgalium en tiempos romanos. Tras los visigodos, llegaron los árabes que trajeron un periodo de esplendor durante el cuál la ciudad queda amurallada. Su Plaza Mayor, de estilo renacentista, está rodeada de soportales y en ella se ubica la estatua ecuestre de Francisco Pizarro. Allí se reunían comerciantes y artesanos hasta que se levantaron durante el siglo XVI las casas de los linajes más importantes de la nobleza castellano-leonesa, como la Casa de la Cadena, la de los Orellana, o la de los Chaves-Cárdenas. También destaca el Palacio de la Conquista, cuya construcción comienza Hernando Pizarro, hermano del descubridor.