Estos cachorros blancos fueron encontrados por un transeúnte casual. Era temprano en la mañana, los bebés yacían en la hierba y estaban mojados con rocío de la mañana.
Tratando de calentar, los cachorros sonrieron y lloraron tranquilamente, esperando llamar a mamá. Los cachorros todavía eran muy pequeños. Su chirrido era como el grito de un niño pequeño, que atraía la atención de los transeúntes. Probablemente al mismo tiempo su madre estaba llorando, que no podía encontrar a sus bebés.
Las personas a las que el perro se dedicó de todo corazón decidieron separarla de los bebés, ya que no querían la molestia de cuidar de ellos y encontrar nuevos propietarios.
Tomamos fotos de los bebés y escribimos al grupo que necesitábamos un perro de lactancia o personas que pudieran cuidar de los cachorros recién nacidos.
En los comentarios todos resentían la brutalidad del dueño del perro, eran aficionados a las chicas blancas, pero nadie quería asumir la responsabilidad de ellos, porque los bebés necesitan alimentarse de la botella cada pocas horas, tanto de día como de noche. El tiempo pasó, pero no hubo resultados, y los cachorros, mientras tanto, lloraban más y más fuerte de hambre y frío, sus posibilidades de sobrevivir al momento en que había un anfitrión para ellos, se derritió simplemente frente a sus ojos.
