Se me acercó un voluntario del Curso, pidiendo ayuda para pagar el tratamiento para un perro sin hogar al que ayuda. El perro cruzó la carretera sin éxito, o se enfrentó a otros problemas. Solo me pidieron ayuda financiera, y Ulyana prometió que se encargaría de encontrar una clínica, y de la sobreexposición de Leshenka después del tratamiento y encontrar un nuevo hogar para él.
Pagué las facturas del veterinario, que eran bastante sustanciales y confiaba en que la chica mantuviera su palabra y cuidara del animal. Un par de días después, recibí una llamada de la clínica. Resultó que nadie visitó Lesha, no tiene ni comida ni ropa de cama, por lo que el animal solo duerme en el suelo.
Compré un colchón y comida por unos días, los llevé a la clínica. El perro estaba muy contento con los regalos, y me fui, manteniendo la esperanza de que la niña cumpliría su promesa y aparecería pronto.
Cuando llegó el momento de recoger al perro del hospital, llamé a Ulyana, y me aseguró que definitivamente vendría por Lesha.
El día del alta, nadie apareció por el perro. Todo el día Lesha se sentó en el aviario y miró a la puerta, como si sintiera que su destino estaba siendo decidido. Nos enteramos de que nadie vino por el perro después de una llamada del veterinario.
Llamé a Ulyana docenas de veces, pero ella ignoró mis llamadas. Me di cuenta de que se había olvidado de Lesha, y lo más probable es que inicialmente no iba a cumplir su promesa. Me las arreglé para encontrar un amigo de Ulyana. Por teléfono, le expliqué lo que le pasa a los animales por los que nadie viene a la clínica. Quería averiguar la dirección de la chica y llevarle el perro, haciéndola mirar a los ojos del animal y admitir que lo había traicionado. No he podido encontrar la dirección.
Se hizo evidente que el destino del perro, que había escapado milagrosamente, iba a ser tratado por su cuenta. Llevamos a Lesha a Sasha por sobreexposición. El tipo ya tiene un gran número de salas, pero no pudimos encontrar la mejor opción en muy poco tiempo.
No fue fácil para Lesha unirse al ruidoso equipo canino, debilidad después de la operación y desconfianza de las personas afectadas. El perro casi no deja que nadie se le acerque, pero el tiempo y el cuidado ayudarán a hacer frente a este problema.