La abuela vino a la clínica veterinaria. La mujer trajo un gato en la bolsa y le pidió que lo esterilizara. Según la abuela, el gato traía a casa gatitos cada mes, y era difícil para ella para amamantar y adjuntar numerosas crías de la mascota.
Los médicos trataron de explicar a su abuela que los gatos tienen bebés durante tres meses y no pueden dar a luz todos los meses, pero el visitante insistió en que cada mes su gato da a luz, por lo que necesita ser esterilizado con urgencia.
Los veterinarios llevaron al animal para la inspección y se iban a afeitar el vello del vientre, pero resultó que la esterilización no era necesaria, porque la abuela les trajo un gato. Los médicos asumieron que la abuela confundió a la mascota, pero las mujeres dijeron que no tenía ningún otro gato.
La abuela era de edad avanzada, por lo que cuando ella tomó el gatito en la casa, ella no prestar atención a su género, creyendo que los que le dio un gatito que era una niña. Lo más interesante de esta historia es que el gato tenía instintos maternales, según los veterinarios, sucede muy raramente. El gato resultó ser muy decente y llevó a todos sus hijos a su abuela, porque sabía que ella no los dejaría en la calle o sin comida. Es posible que los bebés que trajo el gato no fueran sus hijos, solo que no pudo pasar por los gatitos abandonados y cuidó de cada uno de ellos.
