Una mujer que no se consideraba una persona gato y un perro con una reputación de no llevarse bien con los felinos cambió de opinión cuando conocieron a Bruno. Ambos se enamoraron de este adorable jovencito ciego y enfermo.
Kelsey ha trabajado en refugios de animales durante años. Recientemente, había conocido a un gato muy especial en uno de estos refugios. El felino en cuestión, respondiendo al nombre de Bruno, está ciego y enfermo. Sufre en particular de peritonitis infecciosa felina, una enfermedad viral grave.
A diferencia de muchos de sus compañeros atendidos por la asociación, no había encontrado una familia y se alojaba en la clínica veterinaria del refugio donde recibió sus tratamientos.
Kelsey nunca había considerado adoptar un gato, pero eso cambió con Bruno. Primero lo recibió en su oficina, como solía hacerlo con otros residentes del refugio.
«Vivía en mi oficina y dormía sobre mis hombros mientras trabajaba […]. Siempre estaba de buen humor y amaba a todos los que venían a verlo», dice la joven a Pets Radar.
Ella se encariñó tanto con él que terminó tomando la decisión de adoptarlo. Sin embargo, tuvo que tener en cuenta un parámetro muy importante en su enfoque; su perro Ed. de 9 años, este último no se llevaba muy bien con los gatos. Kelsey temía su reacción ante la llegada de Bruno a casa.
Poco a poco se los presentó, y se sorprendió por la reacción positiva de Ed hacia el nuevo miembro de la familia. Una semana después, «estaban jugando juntos y se hicieron los mejores amigos», dice su dueño.
«Bruno es el gato de Ed»
«Siempre digo que Ed es mi perro y Bruno es el gato de Ed», bromea. Bruno tiene carácter, y a pesar de ser ciego, le encanta correr. Se golpea, se cae y se levanta para continuar su juego, como si nada hubiera pasado.
Revocó la percepción de Kelsey de la vida con un gato. «Nunca pensé en mí como una persona gato. Trabajé en refugios de animales durante una década y me encantan los gatos, pero realmente no tenía idea de que pudieran tener un vínculo tan especial con la gente.
