Dos hermanos de Florida, Aaron Brown y William Wilkerson, decidieron caminar por la granja familiar una noche para ver si todo estaba en orden. El cheque no fue en vano.
Un huésped había entrado en la propiedad en su lugar: una enorme pitón birmana. Las pitones birmanas, a pesar de su temperamento tranquilo, son criaturas fuertes y muy voraces.
Los granjeros fueron sorprendidos por una serpiente gigante.
La serpiente gigante fue la primera en ser vista por Aarón, quien inmediatamente llamó a su hermano en busca de ayuda.
Los hermanos descubrieron entonces que el tamaño colosal de esta serpiente, que pesa alrededor de 136 kg y mide casi cinco metros de longitud, no era el peor. Los granjeros invitaron a un cazador de serpientes experimentado.
Dustin Cram, quien examinó al individuo y les dijo que contenía alrededor de 100 huevos.
«Estamos tratando de evitar que estas pitones emigren más al norte y en otras direcciones. Es bueno que estos chicos hayan detenido a esta gran serpiente, que, además, podría reproducirse pronto», dice Dustin Krama.
Su población ha aumentado de forma espectacular y debe reducirse. Si el número de pitones birmanos no comienza a disminuir, que va a acabar con la mayoría de los otros animales en la Florida.
