El gato rojo Buttercup vivió con sus amos en Nevada. El gato ya tenía 13 años, era un hermoso animal grande. A Buttercup le gustaba caminar por la calle y pasaba la mayor parte del día fuera de casa, disfrutando de su libertad. Un día, los dueños del gato decidieron mudarse, pero no se llevaron a Buttercup con ellos, tal vez se cansaron de él, o tal vez el gato fue a dar otro paseo, y la gente no quería esperar a que volviera y se fue.
Según los vecinos, Buttercup regresó a casa ese día, pero la casa estaba vacía, nadie permitió el gato en. El animal regresó repetidamente a su casa, buscando propietarios y llorando en voz alta, esperando que alguien aún abriera las puertas para ello, pero nadie respondió a sus llamadas de ayuda. Buttercup empezó a vivir en la calle.
Resultó, entre las largas caminatas y la vida de un gato de la calle una gran diferencia y sobrevivir completamente sin gente Buttercup no podía a veces alimentar a los pobres vecinos bastardos, pero esta comida y el cuidado claramente no era suficiente para él. El pelaje de Buttercup se hizo muy largo, requirió cuidado, pero ahora no había nadie para hacer el corte de pelo y peinar al gato.
Con cada día que pasaba, Ranúnculo se veía peor. Su abrigo se hizo viejo, cubierto de barro, y comenzó a correr en enredos. Estas hebras de lana fueron lavadas, estaban obstruidas con tierra, eran demasiado una carga para un gato. La piel debajo de la lana también estaba constantemente mojada y sucia y comenzó a inflamarse. El gato estaba constantemente dando vueltas alrededor de su casa y llorando, así que uno de los vecinos decidió ayudarlo. El hombre logró atrapar a Buttercup, después de lo cual llevó al gato al orfanato.
Los voluntarios comenzaron inmediatamente a poner el pelo del animal en orden, lo que resultó ser una tarea muy difícil. Durante varias horas los voluntarios cortaron enredos de lana enmarañada, lo que causó a Lutic una considerable incomodidad, porque su piel ya estaba inflamada y muy enferma. Afortunadamente, el gato parecía entender que la gente quería hacer lo que era mejor y valientemente tolerado. Después del corte de pelo, el personal del refugio se dedicó al tratamiento y tratamiento de la piel de gato. Aunque Buttercup no era joven, un examen del veterinario mostró que la vida en la calle no afectaba la salud de sus órganos internos.