Janet trabajó como enfermera durante muchos años y se retiró a una pequeña casa en Inglaterra. La compañía de la mujer era un gato negro, en el que se adoraba a sí misma. A medida que crecía, desarrolló una enfermedad lumbar, por lo que tuvo que tomar medicamentos diarios, de lo contrario el dolor le impidió caminar. Las drogas en sí tampoco tuvieron un efecto muy bueno en la salud de la mujer, causando ataques desagradables. Cuando Janet se sintió enferma un día, tomó algunas pastillas, pero la hicieron sentir peor y se desmayó después de un tiempo.
Al darse cuenta de que algo había sucedido, Steven y Mel inmediatamente recordaron que no habían visto a Janet durante varios días, por lo que llamaron a los servicios de emergencia. Los bomberos abrieron la casa de la mujer, y los oficiales de ambulancia que llegaron encontraron a la mujer y la llevaron al hospital, afortunadamente estaba viva.
Janet recibió atención médica y mejoró. Ella está muy agradecida al gato por su rescate, y la mascota ahora tiene miedo de perder a su amante de la vista y la sigue constantemente. Cuando Janet se sintió mucho mejor, le dio la casa a un par de gatitos más, decidiendo así agradecer a su mascota por ayudar.
