LOS 14 OCHOMILES, LAS MONTAÑAS MÁS ALTAS DEL MUNDO

Tan solo 14 montañas superan los 8.000 metros de altura, todas ellas en la cordillera del Himalaya. Repasamos sus leyendas y mitos y admiramos la belleza de estas cumbres nevadas inaccesibles para la mayoría de los mortales

EVEREST

Sus 8.840 metros de altura son el techo del mundo. Este pico mítico se encuentra en el Himalaya, en la frontera entre China y Nepal. Los primeros que lograron llegar a su cima fueron Edmund Hillary y Tenzing Norgay, el 23 de mayo de 1953. Aunque se conoce por el nombre del famoso geógrafo galés George Everest, en tibetano es Chomolungma (o Qomolangma); es decir, la  «Madre del universo».

K2

Con 8.611 metros, es el segundo más alto del mundo. También conocido como Chogori, se encuentra entre China y Pakistán. La primera ascensión a este mítico pico del himalayismo fue la de Achille Compagnoni y Lino Lacedelli  el 31 julio de 1954. La dificultad técnica de su ascensión lo convierten en uno de los más peligrosos del mundo. De hecho, casi un 25 % de los que los que intentaron su ascenso perecieron; de ahí que se la conozca como «la montaña salvaje».

KANCHENJUNGA

El nombre del tercer pico más alto del mundo significa «los cinco tesoros de las nieves» (oro, plata, gemas, cereal y libros sagrados) y tiene 8.586 metros de altura. En el idioma limbu local, significa «montaña a la que hacemos ofrendas». Así que queda claro que es una montaña sagrada. Se encuentra entre la India y Nepal y su primera ascensión data del 25 de mayo de 1955. Desde entonces, 40 personas se han dejado la vida en el ascenso.

LHOTSE

Mide 8.516 y se ubica entre China y Nepal, muy cerca del Everest, con el que está conectado a través del Collado Sur. De hecho, su nombre significa “Pico Sur” en tibetano. A la cumbre principal la acompañan el Lhotse Shar de 8.383 metros de altura y el Lhotse Medio (al este) de 8.414 m. Éste último, debido a su especial dificultad técnica, fue hasta el el 23 de mayo de 2001 el pico más alto del mundo aún por escalar.

MAKALU

De forma casi piramidal y con 8.463 metros, es uno de los picos más inaccesibles del mundo. Su nombre, del sánscrito, significa “Negro grande”, lo cual describe perfectamente el ascenso final de la cumbre con la roca negra barrida por el viento. Lo encontramos en la zona Mahalangur del Himalaya, haciendo frontera entre Nepal y China. Su primera ascensión fue el 15 de mayo de 1955.

CHO OYU

Este es, en palabras de la escaladora española Edurne Pasaban, el ochomil más fácil de los catorce de esta lista. Aunque como matiza ella misma, que ascendió a su cumbre en el 2002, lo de “fácil” habría que matizarlo cuando alguien se enfrenta a un coloso de 8.201 metros de altura (el sexto pico más alto del mundo). Se encuentra en la frontera, entre Nepal y la región autónoma del Tíbet, en China, y su nombre significa la “Diosa Turquesa”.

DHAULAGIRÍ I

El Dhaulagiri es un macizo montañoso de la cordillera del Himalaya y el Dhaulagirí I es el pico más alto de los cinco donde culmina el macizo en 8.167 metros de altura, lo cual lo convierte en la séptima cima más alta del mundo. La primera vez que fue ascendido fue el 13 de mayo de 1960. Este pico es uno de los que presenta mayor ratio de peligrosidad entre los 14 ochomiles.

MANASLU

El Manaslu, con 8.163 m. sobre el nivel del mar, es la montaña más alta del Distrito Lamjung, en Nepal. Manaslu significa en sánscrito “espíritu” o “alma”; es decir, según la tradición extendida en el Himalaya, se trataría de la morada de los dioses. Alcanzar a los dioses puede ser muy peligroso. Los que la conocen saben que es un ochomil fácil; pero de ascensión muy peligrosa. Según las estadísticas el Manaslu es la sexta montaña más letal de los catorce ochomiles.

NANGA PARBAT

Con 8.126 metros de altitud, su nombre significa “Montaña Desnuda”; aunque, lamentablemente, se la conoce más como la «montaña asesina». Desde su primera ascensión, en julio de 1953, se ha cobrado la vida de 64 personas, lo cual hace una ratio muy por encima de la norma. Ubicada en la región de de los Gilgit-Baltistán, en Pakistán, es el ochomil más occidental del planeta.

ANNAPURNA I

El Annapurna I, con 8.091 m de altitud,  es la culminación de su macizo montañoso, en el centro de la cordillera del Himalaya. Su nombre significa en sánscrito “diosa de las cosechas” o “diosa de la abundancia”. Tal vez sea el ochomil más peligroso del mundo. Debido a su composición, principalmente de hielo y nieve, es común que haya multitud de accidentes por avalancha. El ratio es como para que se te pongan los pelos de punta: de 153 expediciones desde su primera ascensión en 1950, 59 muertes.

GASHERBRUM I

Este pico de 8.068 metros de altura es también conocido como Hidden Peak (el Pico Oculto) y como K5 o Moravi I. Situada en la frontera entre Pakistán y Xinjiang, distrito occidental de China, es una cima trágica para el montañismo español, habiendo perdido la vida en ella cinco escaladores de gran experiencia: en 1990, Albert Ibáñez y Josep Grañó y en 2013, Abel Alonso, Xebi Gómez y Álvaro Paredes tras haber alcanzado la cumbre.

BROAD PEAK

También conocido como K3, el Broad Peak forma parte del macizo de los Gasherbrum, en la zona del Baltistan, en la frontera de Pakistán con China. Mide 8.051 metros de altura y su primera ascensión a la cumbre se realizó en 1957. En julio de 2017, Òscar Cadiach, alcanzó cumbre, completando así la escalada de los catorce ochomiles del planeta sin oxígeno. ¡Todo un hito!

GASHERBRUM II

Con 8.034 metros de altura y ubicada en la frontera entre Gilgit-Baltistán (Pakistán) y el territorio de Xinjiang (China), su nombre hace honor a su belleza: en balti significa «montaña hermosa». Si quieres saber cómo es ascender esta cumbre, no te pierdas la película Cold, en la que se muestra la expedición de Cory Richards, Denis Urubko y Simone Moro, los primeros en realizar el ascenso en invierno.

SHISHA PANGMA

El pequeño de los catorce… Su altura es fuente de controversia. Pero la cifra más aceptada es la de 8.027 metros de altitud. El terremoto de Nepal de abril de 2015 no lo puso más fácil, al afectar a la forma de su cumbre. A pesar de ser el más pequeño de la lista, el Shisha Pangma fue el último de los “ochomiles” en ser escalado. El motivo es que está ubicado por completo en territorio del Tíbet y hay restricciones tanto por parte del gobierno de China como por las autoridades locales de la Región Autónoma del Tíbet.

Las montañas siempre han estado ahí, casi tan viejas como el tiempo, recortándose en el horizonte y en la imaginación de los hombres. Bellas, majestuosas, o temibles, y siempre deseadas. Hay diferentes tipos de montañas; pero en el planeta solo existen 14 cimas que superan los míticos 8.000 metros respecto al nivel del mar. Son las más deseadas entre las deseadas.

LOS CAMINOS HACIA LAS ALTURAS

Francisco Andrada explicó en un antiguo artículo de abril de 1919, publicado en el Heraldo Deportivo, que los caminos hacia las alturas fueron abiertos por “hombres a los que no seducía viajar por viajar, por variar de paraje o distraer su imaginación, sino a quienes inspiraban sentimientos artísticos, guiaban móviles científicos o impulsaba su espíritu aventurero”.

De entre los primeros que sintieron la llamada de las montañas hubo uno que, sin embargo, sólo escaló desde la imaginación. Ese fue Petrarca, y desde entonces, el alpinismo tiene mucho de poesía. Efectivamente, se suele ver al gran poeta como uno de los primeros escaladores de la historia. Y a pesar de que escribió una memoria de su ascensión el 26 de abril de 1336 al monte Ventoso de los Alpes (1909 metros), distintos estudiosos señalan que el hito lo fue, en todo caso, espiritualmente.

Petrarca usó la escalada a modo de metáfora; pero su mérito, en el montañismo, consiste en haber definido el impulso de escalar montañas: “Impulsado únicamente por el deseo de contemplar un lugar célebre por su altitud, hoy he escalado el monte más alto de esta región, que no sin motivo llaman Ventoso”.

Con quien sí comenzó el alpinismo como se entiende hoy fue con Horace Bénedict de Saussure quien dijo que “desde mi infancia siento hacia la montaña la más decidida pasión”. La montaña que despertó tal pasión fue el Mont Blanc.

La ambición de dominar el Mont Blanc encontró su forma. El ginebrino llegó a ofrecer una recompensa económica para quien lograra dar con una ruta hasta la cima del gigante de los Alpes. Fueron muchos los que lo intentaron empujados por Saussure hasta que el 8 de agosto de 1786, Jacques Balmat y el doctor Michel Paccard, alcanzaron cima en los 4.807 metros. Un año más tarde, lo haría el propio Saussure.

Luego fueron llegando otros con el sueño de llegar a lo más alto sólo porque la montañas estaban ahí. Entre muchos, Edward Whymper, Albert Frederick Mummery, Hermann Buhl, Walter Bonatti, Reinhold Messner, el primero en acumular los 14 ochomiles, o el fabuloso Kílian Jornet. También están ahí, entre muchas, Junko Tabei, la primera mujer que alcanzó la cima del Tibet en 1975, o la pionera Marie Paradis, la primera en escalar el Montblanc, el techo de Europa, o la mediática española Edurne Pasaban.

¿Qué sienten las mujeres y hombres que llegan a la cima de las montañas? Tal vez algo como lo que describió Horace Bénedict de Saussure al cumplir su sueño de escalar el Mont Blanc: “La luna brillaba en el centro de un cielo de ébano, arrojando una luz radiante sobre la montaña. Deslumbrante, tanto como las estrellas”. Tal vez, escalamos porque queremos alcanzar las estrellas.

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