QUÉ COMER EN CUALQUIER ESCAPADA A TERRES DE L’EBRE

Las Terres de l’Ebre, que acogen las cuatro comarcas más meridionales de Cataluña (Bajo Ebro, el Montsià, la Tierra Alta y la Ribera de Ebro), parecen tenerlo todo. Desde el sabor del mar con sus moluscos, mariscos y peces, hasta sus macizos y sus huertas, con ganado, fruta y verdura característica, sin olvidar su tan preciado arroz, se hace irresistible no probar muchas de sus delicias. Tradiciones árabes se hermanan con costumbres del campo y un producto de calidad reconocido más allá de sus fronteras que complementan, sino ensalzan, una visita a este rincón de Cataluña que se abre al mar a través del río Ebro.

ARROZ DE DOP

El alimento más conocido de las comarcas del sur de Tarragona es el arroz, con su propia DOP Delta del Ebro. La razón de la gran cantidad de cultivos de este alimento es el aprovechamiento de las zonas anegadas de la ribera del Ebro, y sus variedades son Bahía, Tebre, Sénia, Fonsa, Bomba y Montsianell. Su gran calidad le convierte en ingrediente estrella de muchos de los platos de la gastronomía ebrenca, como el arroz con pato, otro de los productos que triunfa en las cocinas de la región, o el Arrossejat del Delta del Ebro, sin olvidar otros productos que de él derivan, como el conocido licor de arroz.

OSTRA RIZADA DEL DELTA

Solo en las bahías del Lodazal y de Alfacs se puede encontrar esta curiosa ostra, conocida como ostra rizada. Rica en proteínas, vitaminas, zinc y sales minerales pero, sobre todo, en un sabor fino y gustoso, su cría se reduce a estas dos zonas delimitadas dentro del Parque Natural del Delta del Ebro. La recolección no se hace durante todo el año, sino en invierno, y la gran cantidad de plancton de las aguas hace que la calidad final del producto, que crece más rápido que en el Atlántico, sea excepcional. Aunque se suelen comer simplemente regadas con limón, también son populares las recetas en las que se cocinan en escabeche.

XAPADILLOS

La historia de la anguila con el Delta del Ebro se remonta a la Edad Media. La gastronomía tradicional del sur de Tarragona bebe en muchas de sus recetas de este producto de gran calidad que puebla sus costas. La anguila es la única especie que migra desde el mar de los Sargazos, en México, hasta el Mediterráneo, donde se asienta hasta alcanzar su madurez, ocho años después, y volver al océano para emparejarse. Una de las recetas más populares del Delta es la de los xapadillos, una anguila que se conserva salpimentada y secada al sol, que más tarde se come como aperitivo acompañada de pisto, tomate asado o alioli.

CLOTXA

No hay duda de que este es el plato tradicional estrella de las Tierras del Ebro. Compuesto por un pan de payés vaciado, relleno de sardinas arenques y tomates, cebolla y ajo escalivados, guarda relación con la larga tradición campesina de la comarca. Traído del campo a las casas y de ahí a la restauración, su receta es muy sencilla porque se basa en un plato que se solía comer en los descansos del trabajo en el campo: se vacía un pan redondo o se parte un bollo por la mitad, se retira la miga, se rellena con los ingredientes mencionados y se vuelve a colocar la miga extraída.

BALDANA DE ARROZ

Este producto de color negro rojizo es el embutido más característico de esta zona del Ebro, hecho con otro de los ingredientes más conocidos y usados de los márgenes del río: el arroz. Asada, frita, en pucheros, a la plancha o a la brasa, cualquier forma de comerla es buena siempre que sea en caliente. Para elaborarlo, se rellena un intestino con sangre de cerdo, arroz, cebolla, cabeza de tocino y piñones, especiado todo con sal y pimienta. Este producto tiene su propia jornada gastronómica, que se celebra en el municipio de Camarles en el mes de agosto. En ella, se presentan diferentes recetas con la baldana como ingrediente, como por ejemplo pizzas, tortillas o lasañas, y se organizan degustaciones.

CABRA DE RASQUERA

La cabra blanca de rasquera tiene su origen en la villa de Rasquera, en Tarragona, cuya población caprina se remonta, al menos, al siglo XVI. Posible descendiente de la ya extinguida cabra catalana, se localiza en las cinco comarcas de las Tierras del Ebro. Algunas de las recetas más comunes que utilizan la carne de la rasquera son las costillas de cabrito a la miel o rebozadas y el crestón (cabrito castrado y engordado de 12 a 18 meses) en escabeche. Su textura se distingue por ser tierna y jugosa, con poca grasa, y su consumo es muy estacional, siendo su pico de demanda en otoño y con motivo de las fiestas navideñas.

MIEL DE ARNÈS Y DE PERELLÓ

La gran variedad de flores de la comarca de Terra Alta, y más concretamente de las localidades de Arnès y del Perelló, hacen de esta zona un lugar idóneo para la recogida de la miel, un producto de gran calidad y sabor procedente sobre todo de romero, tomillo, lavanda y flor de almendro. La región es conocida por ser una de las pocas de la provincia de Tarragona en la que aún quedan apicultores artesanos. El Perelló, en especial, se ha convertido en el primer productor de miel de naranjo y romero de toda Cataluña, uno de los pocos, además, donde la recolección y elaboración de la miel se hace durante el invierno.

‘COC’ DE MANZANA

El coc o bizcocho de manzana es un postre popular, pero el que se hace en las comarcas del Ebro es diferente a la muy conocida tarta, ya que no se usa crema ni la fruta se coloca laminada. De hecho, este postre nace como una solución para el consumo de una variedad de manzana autóctona muy pequeña, la agridulce, cuya gran acidez la hace difícil de ingerir en crudo. Para poder comerla, se ideó esta receta, en la que la fruta se corta a trozos, que se endulzan con azúcar y se colocan con la piel hacia arriba, sin hundirlas, sobre una masa de brioche o bizcocho que se horneará antes de degustar.

PANADONS

Dentro de la repostería tradicional de las Tierras del Ebro se encuentran los pastissets, también conocidos como casquetes o panadonspequeñas empanadas de origen árabe cuya masa, además de harina, agua y azúcar, lleva mistela, y se rellenaba tradicionalmente con cabello de ángel, aunque actualmente se usan todo tipo de ingredientes, como chocolate, crema o requesón, entre otros. También son muy famosas las coquetes ensaginades, pequeñas pastas secas con manteca de cerdo, en formas diversas y recubiertas de azúcar.

VIMBLANC DE VINEBRE

No podía faltar una buena bebida para maridar los productos autóctonos del mar y las huertas del Ebro, que además de ofrecer vinos con DOP y un excelente licor de arroz, también esconde otras joyas como el Vimblanc de Vinebre. Este vino dulce se elabora con la variedad de uva macabeo, que se seca y madura al sol y se fermenta en roble, sin alcohol añadido, hasta conseguir más de 15% de vol. Con un ligero sabor a miel y un reflejo dorado sobre su marrón característico, es más dulce cuanto más tiempo se deje embotellado. Considerado tónico y digestivo, se suele tomar para acompañar dulces y su producción está comenzando a resurgir después de casi extinguirse a mediados del siglo XX.

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