En octubre de 2021, Reino Unido estrenó una nueva línea ferroviaria que conecta Londres con Edimburgo en tan solo 4 horas y 20 minutos, un periodo menor al que se tarda en avión teniendo en cuenta el traslado y la espera en los aeropuertos. Este servicio de la empresa Lumo, 100% eléctrico, de alta velocidad y low cost, es solo la punta del iceberg de un sistema ferroviario que permite conocer el país sin necesidad de subirse a un avión. De hecho, basta salir del aeropuerto para tener el primer contacto con los raíles, ya que desde los aeropuertos de Stansted, Heathrow y Luton se suele ir en tren hasta la capital inglesa.
Una vez allí, las estaciones de King’s Cross, Paddington o Victoria se convierten en los puntos principales desde donde realizar excursiones de un día para viajar por el resto del país. Lo mejor es que el tiempo que se tarda es menor o igual al que hay entre los aeropuertos y Londres. Las universitarias Cambridge y Oxford se posicionan como algunas de las escapadas más recurrentes, mientras que Stonehenge (en Salisbury) atrae a miles de viajeros anualmente, sobre todo durante los solsticios de verano e invierno. También se puede llegar a Bath y Brighton en poco más de una hora gracias a los trenes de la National Rail Enquires.
CAMBRIDGE
En menos de una hora, el viaje a Londres puede convertirse en una experiencias rodeada de historia y academicismo: una treintena de colleges (colegios mayores) esperan en Cambridge, la ciudad universitaria por excelencia del Reino Unido junto a Oxford. Emplazada a orillas del río Cam, adquirió protagonismo a raíz de la fundación de su universidad en 1209 y todavía hoy sigue siendo uno de los lugares más influyentes del conocimiento. A escasos 80 km de Londres, la ciudad mantiene ese carácter británico que tanto se reproduce en el cine y la literatura. Basta salir de la estación para encontrarse con el bello Jardín Botánico de la Universidad de Cambridge, inaugurado en 1846. A escasos 15 minutos, el King’s College aguarda una de las joyas de la ciudad: su capilla gótica. Con trenes que salen regularmente de las estaciones de King’s Cross y Liverpool Street, se puede llegar a Cambridge en tan solo 50 minutos, aunque la mayoría de los servicios tardan entre 60 y 80 minutos.
BRIGHTON
La más famosa de las ciudades costeras del sur del país se encuentra a tan solo 1 hora en tren desde la capital inglesa. Los servicios salen cada media hora desde Victoria o London Bridge, y dejan en pleno centro de la ciudad, donde merece la pena degustar un fish and chips frente al mar, darse un chapuzón en verano o admirar sus joyas arquitectónicas. Su efervescencia gastronómica invita a empezar el día con un brunch en alguno de sus cafés, para continuar paseando por sus calles entre tiendas de moda y galerías de arte. Una de las mejores formas de acabar la visita antes de regresar a Londres es paseando por el Palace Pier, el muelle de la ciudad, inaugurado en 1899.
OXFORD
Fundada en el siglo X a los pies de su castillo, no fue hasta dos siglos después cuando Oxford inauguró su Universidad –la más antigua de habla inglesa– y se convirtió en uno de los lugares más destacados de la Inglaterra medieval y en paradigma de la cultura anglosajona, junto a la también universitaria Cambridge. Todavía hoy sigue atrayendo a intelectuales y a turistas fascinados por sus colleges. Después de tomar el tren en las estaciones londinenses de Paddington o Marylebone (suele haber frecuencia cada media hora y tarda poco más de 50 minutos), lo mejor es iniciar el paseo por Radcliffe Square, donde se concentra la Radcliffe Camera, la obra maestra de James Gibbs inspirada en la iglesia de Santa Maria della Salute de Venecia. La ciudad también aguarda colleges como el Saint Edmund College o el Trinity College.
BATH
La estación de Paddington es el punto de partida para emprender el viaje en tren hasta la ciudad que inmortalizó Jane Austen en novelas como Orgullo y Prejuicio . Tras un trayecto de menos de una hora, a escasos cinco minutos de la parada Bath Spa se encuentran las termas romanas, que aparte del templo romano y el agua del manantial, cuenta con un museo y audioguía para conocer su historia. El puente Pulteney lleva hasta Great Pulteney Street, el barrio georgiano mejor conservado de la ciudad. Tampoco hay que dejar de visitar la Abadía de Bath o el Museo Holborne antes de regresar a la bulliciosa Londres, aunque para aquellos que tengan más tiempo, Bristol queda a escasos 15 minutos en tren desde el centro de Bath.
SALISBURY Y STONEHENGE
Uno de los lugares más emblemáticos de Inglaterra, Stonehenge, se encuentra a menos de dos horas de Londres, convirtiéndose en la escapada perfecta para salir del bullicio de la ciudad y conectar con la naturaleza y la magia del lugar. La estación más cercana para llegar hasta el monumento megalítico es Salisbury, que se encuentra a unos 90 minutos de las estaciones de Londres de Waterloo y Paddingron. Desde la ciudad, parten buses hacia Stonehenge (el trayecto dura unos 20 minutos), aunque también existen otras ruinas neolíticas y de la Edad de Bronce que merece la pena visitar, como los restos de Durrington Walls, el mayor asentamiento neolítico de tierra del Reino Unido. Antes de regresar a la capital, espera la Catedral de Salisbury y las animadas calles de Fisherton y Milford Hill.